¿Te imaginas sin pagar impuestos?

¿Eres mileurista? ¿Y sabes que pagas en impuestos más de 9.000 euros de tu salario anual? La cifra impacta. Y da pie a reflexionar sobre las tesis que defiende un grupo de teóricos de la economía y las finanzas. Entre ellos destaca Daniel Lacalle, quien con su último libro pretende sembrar una revolución ideológica e intelectual. Su objetivo consiste en eliminar la imagen de que un poder central es bueno para la ciudadanía. “El Estado es nocivo de por sí. Una sociedad libre y empática puede resolver sus problemas mucho mejor”, defiende. Además, realiza una afirmación sugerente: “Cualquiera es capaz de ser mucho más feliz haciendo lo que desea que siguiendo las directrices de Rajoy o Rubalcaba”. Cuanto menos da que pensar. ¿Cómo sería una sociedad en la que el Estado no se apropiara del 50% de los ingresos de sus ciudadanos? ¿Cómo sería disponer de todo nuestro sueldo para escoger colegio, hospital, etc.? ¿Y cómo se garantizaría el cuidado del medio ambiente? ¿Quién construiría carreteras? ¿Cómo se aseguraría un Estado de bienestar? ¿No acabaríamos en manos de un grupo oligárquico que dominase el mercado? Los peros y las dudas se multiplican. Los defensores de la revolución liberal, sin embargo, se muestran tajantes y confiados. Sin ir más lejos, todos pensamos que la sanidad en España es gratuita; un halago muy común a nuestro sistema, pero ¿somos conscientes de que la Seguridad Social supone gran parte de los impuestos que pagamos?. De media estamos pagando 500 euros mensuales cada trabajador, a través de las cotizaciones que realizan las empresas. Este es un tema delicado pero, ¿acaso no pensamos que el dentista es caro cuando nos cobra 60 euros por un empaste?. Dicho colectivo opina que el 95% del Estado resulta prescindible y que los ciudadanos libres pueden ayudarse unos a otros. Únicamente, abogan por una intervención “ultramínima” del Estado para preservar el orden o una asistencia social mínima. Por otro lado, ante los temores de que un grupo mafioso o un actor demasiado poderoso se aprovechase de la situación, estos teóricos insisten: “Es posible que ocurra, pero el mal producido por el Estado es peor. El precio de la libertad radica en estar siempre vigilantes”, advierten. Así mismo, esta corriente quiere desmontar otra idea. Según exponen, nos equivocamos al pensar que con la recaudación de impuestos reducimos las desigualdades. “Las clases medias están obligadas a ir a servicios públicos que no funcionan nada bien. Si dispusiéramos de lo que pagamos al Estado, podríamos escoger la atención sanitaria y la educación que quisiéramos”. Para ello, su propuesta pasa por implantar un solo impuesto, el IRPF, con un tipo al 6% para tener muchos más recursos disponibles. En definitiva, para estos teóricos es el miedo al cambio lo que nos impide mejorar. “Tenemos la esperanza de que las cosas mejorarán. Pero mientras, hay quienes viven muy bien a nuestra costa”. ¿Qué te parece? ¿Quieres seguir indagando en esta teoría? Ahí va el título de dos libros: Una revolución liberal para España y El liberalismo no es pecado.