¿Ahorrar para mi jubilación? ¿Y cómo me lo monto?

La jubilación... Esa etapa tan ansiada por muchos, envuelta por sueños y deseos, ha comenzado a ser un quebradero de cabeza. Más si cabe, con el deterioro del mercado laboral y las últimas reformas planteadas por el Gobierno. Unos cambios que traen consigo una pregunta obligada: ¿tengo que empezar a ahorrar para cuando deje de trabajar? Está claro que cada vez vivimos más años. Por tanto, las personas a las que hay que pagar una pensión se multiplican. A esto hay que añadir, que hoy en día el paro y la bajada de sueldos constituyen dos de las grandes amenazas para la jubilación. En dos sentidos; son los jóvenes, el colectivo del cual depende el futuro del país, los que están padeciéndolo en mayor medida. Y además, estas condiciones laborales no favorecen el ahorro para un futuro mejor. Las nuevas medidas del Gobierno, en lugar de apaciguar la situación, hacen que se enciendan las señales de alerta. Por una parte, ya preparan un proyecto para impulsar planes de pensiones privadas. Y por otra, se generan algunas situaciones paradójicas, como por ejemplo, la de no gravar las plusvalías de activos enajenados por mayores de 65 años si se reinvierten en planes para compensar sus pensiones públicas. Es decir, si un mayor vende un piso y lo reinvierte en una renta vitalicia para completar su jubilación publica, no pagará por las plusvalías. Motivado por las ventajas fiscales, el mayor puede mejorar su nivel de vida, mientras sus herederos se quedan sin nada. La solidaridad intergeneracional se iría al garete, los viejos serían más ricos y los jóvenes  todavía más pobres. Visto lo visto, conviene reflexionar sobre algunas cuestiones. Una de ellas, si es conveniente tener un plan de pensiones. Seis de cada diez españoles opinan que sí. La pega radica en que sólo tres de cada diez pueden asumir ese ahorro. En este sentido, hay economistas que califican de “inadmisible” que el Estado no se haga cargo de una jubilación digna. Otros, en cambio, tienen claro que la realidad demográfica hará que la jubilación pública deba completarse con ahorro privado. Visto que lo ideal sería ir tejiendo un “colchón” para el futuro, el abanico se amplía a otras herramientas como los seguros de vida, los fondos de emergencia o los planes individuales de ahorro. Queda en tu mano ir informándote para buscar aquello que mejor se adapte a tus circunstancias. Entre tanto, también puedes pararte a pensar sobre otros asuntos que afectarán a tu futuro: ¿Vivo de alquiler o me compro una casa? ¿Podría invertir parte de mi dinero en acciones u otros productos? ¿Cuánto podría reservar mensualmente para mi futuro? En post anteriores hemos hablado de la importancia de la inteligencia financiera. Una filosofía que puede ayudarte a organizar tu vida de otra manera. También, puedes inclinarte por ahorrar gastos o sacar partido a lo que tienes con la economía compartida, de la que también te hemos dado algunas pinceladas. Echa un vistazo a estos posts y recuerda; Busca en la juventud y tendrás en la vejez.