Enseñar finanzas en la escuela

Muchas personas sitúan el inicio de la última crisis económica en el día 12 de agosto de 2008, cuando el gobierno de George Bush dejó que Lehman Brothers se hundiera con todo su negocio de hipotecas “subprime”. Desde entonces los términos económicos se han hecho patentes y forman parte de nuestro discurso diario. Ahora en los mercados se puede escuchar hablar a dos vecinos de: cláusulas suelo, prima de riesgo, tipo de interés, TAE, Euribor, créditos, hipotecas, desahucios, barril de Brent… por poner algunos ejemplos de argot económico integrado en nuestro vocabulario habitual. Se dice que las crisis son oportunidades , y esta última ha dado nuevas oportunidades a mucha gente, mientras a otras les ha cerrado caminos, pero sobre todo ha dado la oportunidad de conocer cómo funcionan los mercados financieros.

El Plan de educación financiera

De la mano de la CMV y el Banco de España ha llegado a las escuelas e institutos una nueva asignatura con visos de apalancarse en los planes formativos, se trata de Educación Financiera . El contenido del temario responde a los datos arrojados en el informe PISA sobre calidad del sistema educativo elaborado por la OCDE. La OCDE es una organización supranacional que se ocupa de asuntos financieros. No depende de la ONU, sino que se rige por sus propios intereses. Entre estos intereses está la situación del sistema educativo. Hasta ahora las pruebas PISA se fijaban en tres pilares educativos: comprensión lectora, análisis matemático y conocimiento científico. En la última edición del informe se incluye un nuevo factor de análisis: las finanzas. Según el informe PISA de la OCDE el sistema educativo español deja mucho que desear respecto a las finanzas. Los alumnos objeto del examen no tienen conocimientos ni destrezas adquiridas sobre temas económicos domésticos, ni mucho menos de la “macroeconomía”. Para restituir esta condición, hace años que se vienen tomando medidas para implementar en el sistema educativo una asignatura de enseñanza financiera. Actuación que firmó el gabinete socialista de Zapatero.

Por qué una asignatura de finanzas en los colegios

Hechas las presentaciones corresponde justificar la conveniencia o no de una asignatura que nutra al sistema educativo de conocimientos en economía y finanzas. No es ni mucho menos nuestro objetivo el de estipular doctrina, sino el de ver el mundo con espíritu crítico y desde esa perspectiva examinamos lo que tenemos por delante. Partimos de un hecho fácil de constatar: un gran porcentaje de alumnos tiene convicciones sesgadas sobre los bancos y escasos conocimientos económicos. Por otra parte, pretender adoctrinar a la ciudadanía teniendo como herramienta la enseñanza es cuando menos rechazable. El Plan de educación financiera propone una serie de cuestionarios y supuestos en los que a los alumnos se les lleva a decidir en situaciones extremas. Preguntado un grupo de alumnos sobre qué es prioritario: el pago de la hipoteca o el gasto en la cesta de la compra, estos responden en 2 de cada 3 ocasiones que la hipoteca es un gasto prioritario. Alguno incluso justifica su razonamiento argumentando la caridad del Banco de Alimentos, que puede atender las necesidades nutricionales de una familia, no así el alojamiento. Con esta percepción se reestructura la pirámide de prioridades que el sociólogo Abraham Maslow estableció en el siglo XX. Según la Pirámide de Maslowun ciudadano atiende primero sus necesidades fisiológicas básicas y posteriormente su seguridad. Es decir, primero la alimentación y luego el hogar. Algo que contrasta con lo respondido por los alumnos. Cabe decir entonces que pudiera identificarse una cierta ideología tras el plan formativo. No obstante, es necesaria cierta inteligencia financiera a tenor de los nuevos tiempos y necesidades de las familias. En los últimos años hemos escuchado en multitud de ocasiones que muchas personas firmaban contratos con los bancos y acreedores sin tener conocimientos básicos de economía, lo que ha llevado incluso a la resolución judicial de los acuerdos. Un mayor conocimiento de la economía doméstica y global lleva a establecer mejores criterios a la hora de contratar hipotecas, préstamos, determinar la conveniencia de las cláusulas de contratos económicos o simplemente aprovechar mejor las riquezas dinerarias de cada cuál. Hay acuerdo generalizado en que es necesario aprender finanzas, pero ¿a qué precio? Desde instituciones sociales y educativas independientes se alerta de que la educación no puede ser nunca instrumento de adoctrinamiento, ni de una religión ni de una entidad bancaria. Eliminar horas a la Filosofía no mejora los números de la cuenta corriente, más bien suprime la capacidad de tener un criterio individual. Por tanto: sí a una enseñanza de las finanzas, siempre que se haga con criterios educativos neutrales. Se dice de los alumnos de hoy que son los inversores de mañana. Eso justifica que deban tener los conocimientos para aprovechar su dinero, pero también el criterio para hacerlo con sentido lógico y de la responsabilidad.